Clifford Lee Burton era su nombre completo. Nació en San Francisco el 10 de Febrero de 1962, en el seno de una familia hippie, de ahí se entiende la imagen y la actitud que siempre tuvo Cliff.

De su vida de adolescente poco se sabe. Admirador y lector de H.P. Lovecraft, estudió piano en su juventud, y era de carácter alegre y relajado. Musicalmente, sus gustos eran tan variados, que sorprendía su gusto por cosas tan distintas como Bach o los Misfits (a los que rindió homenaje con un tatuaje en su brazo).

Reflexivo y alegre, era de carácter extrovertido a la vez que intimista.

Su primera banda con cierto nombre fue Trauma (anteriormente estuvo en Easy Street y Agents Of Misfortune,). Fue gracias a ella y a sus conciertos por la Bay Area por la que Cliff entró a formar parte de una de las bandas más grandes de la historia.

Trauma empezó a tener cierto reconocimiento por su demo de un tema “Such a shame”, incluida en el recopilatorio Metal Massacre II. Pronto, Lars Ulrich y James Hetfield, cuerpo y alma de Metallica, fueron avisados por Brian Slagel (de Metal Blade) sobre un prometedor bajista. Ulrich y Hetfield, por esa época no estaban a gusto con Ron McGovney, bajista de su banda. Así que propusieron a Burton el unirse a su banda. Él declinó en principio tal propuesta; eso sí, si se trasladaban de L.A a San Francisco, tendrían más posibilidades. Dicho, y casi hecho.

Paralelamente, Metallica tenía su propia historia. Formados desde su comienzo por los citados Ulrich y Hetfield, contaban en sus filas con un prometedor guitarra, Dave Mustaine, y Ron Mcgovney. En el verano de 1982, poco antes de su encuentro con Cliff, grabaron lo que sería su primera maqueta, “No Life til’ Leather”, que incluía los siguientes temas:

  • Hit The Lights
  • Mechanix
  • Motorbreath
  • Seek And Destroy
  • Metal Militia
  • Jump In The Fire
  • Phantom Lord

Ya con Cliff en la banda, graban una nueva demo con las canciones “No remorse” y “Whiplash”.

Cliff Burton daba su primer concierto con Metallica en Marzo del año 83, en el club Stone de San Francisco. Por aquel entonces, una persona clave se puso en contacto con ellos: Jon Zazula

Jon y Marsha Zazula eran un matrimonio de New York, financieros ambos, que utilizaron sus conocimientos en el mundo de las finanzas para adentrarse en Wall Street. Debido al estrés que eso suponía, tomaron el dinero conseguido para montar su propio proyecto, una tienda de discos, situada en el Indoor Market en Route 18 en East Brunswick, New Jersey. Su inversión inicial, 180 dólares; su primer disco vendido, un trabajo importado de Bruce Springsteen; el nombre del negocio, Rock ‘n’ Roll Heaven.

En poco tiempo, ese capital de 180 dólares se elevó hasta los ochenta mil. Se comenzaron a especializar en discos importados, rarezas y singles europeos, hasta que un día pusieron de fondo Angel Witch, interesándose más en el metal, ocupando la mayor parte de la tienda desde ese momento. Pero el negocio de los Zazula era algo más que una tienda donde comprar unos discos, era un lugar de reunión para hablar de música. Jon afirmó que el día de la muerte de Randy Rhoads, Rock ‘n’ Roll Heaven se llenó de seguidores desconsolados.

Al poco tiempo, las miras de los Zazula se abrieron hacia organizaciones de conciertos. Así, en principio consiguieron actuaciones en New York de Anvil, Raven y Riot entre otros. Y así fue como entraron en contacto con Cliff y compañía, cuando un cliente les cedió la maqueta que habían grabado, y decidieron hacer lo posible por llevar a Metallica a la costa Este.

Con Metallica ya en territorio neoyorkino, un nuevo contratiempo: la salida de Dave Mustaine de la banda debido a (supuestamente) sus problemas con la bebida y diferencias musicales con Lars y James. Su sustituto sería un joven guitarra de Exodus, llamado Kirk Hammett, con el que ya coincidieron en shows de San Francisco. Así, teníamos a Metallica instalados en la casa del matrimonio Zazula, compartiendo local de ensayo con Anthrax y compartiendo escenario junto a Raven o Venom.

Ante la falta de sellos interesados en ellos, Jon Zazula crea su propio sello, MegaForce, en que ficha a Metallica, y con los que graba (siendo él mismo el productor) “Kill’em all”.

Lo que a posteriori se convertiría en una pieza clave dentro de un movimiento, el thrash-metal, costó en su día tan ‘solo’ 12.000 dólares, y fue grabado y producido en cuatro semanas. Todos los temas presentes en la demo que sirvió para que Zazula los conocieran estaban presentes en este debut. Musicalmente había un miembro que destacaba por encima del resto, y este era Burton. Cliff, ante todo, era un gran músico. Había tenido una total educación musical en todos los sentidos y géneros, lo que le hacía ser el mejor músico de la banda y el más abierto a cualquier estilo, lo que se nota en esa pieza maestra llamada “(Anesthesia) Pulling teeth”, donde interpreta un solo de bajo que da muestras de su categoría como músico, y que enlazaba directamente con uno de los cortes más rápidos del disco, “Whiplash”. Cada noche era cita obligada en los conciertos de Metallica. Otro asunto en el que CLiff estuvo envuelto fue el título del disco. En un principio pensado “Metal up your ass”, fue censurado por la distribuidora, obligándolo a cambiar; al no salir ningún título a gusto de la banda, Cliff exclamó la frase “Kill’em all” con respecto a los empresarios de la distribuidora, y así se quedó.

Por lo demás, el logo del grupo fue diseñado por James Hetfield (un anzuelo de pesca tanto en la “M” como en la “A”), y en los notas de agradecimiento aparecían Mustaine, MacGovney y los miembros tanto de Exodus como de Trauma.

Metallica estaba creciendo, y eso se notaba a nivel de gastos y a nivel musical, tomando algunos de sus miembros clases de música (Kirk con el conocido Joe Satriani). Pero no Cliff. Como ya he mencionado, los gustos de Cliff tocaban todas las ramas: música clásica, blues, jazz, country… Todo este proceso de ‘aprendizaje’ y de gira junto a Raven en “Kill ‘Em All For One” tour, y junto a Venom en Europa (eso sí, solo una semana), terminando en el Festival de Zwolle en Holanda, tocando ante cinco mil personas, les valió experiencia para afrontar su segundo trabajo, “Ride The Lightning”, grabado en Copenhagen junto a Flemming Rasmussen.

Con este nuevo trabajo, en 1984, Metallica consiguió firmar por un nuevo sello, Electra, si bien su manager seguía siendo el matrimonio Zazula. En él, se apreciaba el interés de Metallica en la música, experimentando con pasajes más lentos y acústicos, que tienen su fiel reflejo en “Fade to black”, canción inspirada en el robo de la mayor parte del equipo de la banda tras una serie de conciertos junto a Anthrax en ese mismo año.

Para Junio, el grupo editaría “Ride the lightning”, reeditándolo a finales de año con un nuevo contrato, este con Elektra. En el disco cabían los temas desde la guerra a la pena de muerte; de la depresión al fin del mundo. Todo ello con un punto final de lujo con el tema “The call of Ktulu”, inspirado en Lovecraft, escritor al que Burton dio a conocer al resto de Metallica.

“The Call Of Cthulhu ” fue una historia escrita por Howard Phillips Lovecraft en 1926. Los mitos de Chutullu tuvieron su inicio tiempo antes, con una serie de relatos hablaban sobre un pasado, donde la Tierra estaba dominada por los Primigenios, seres poderosos e inmortales que fueron desterrados de la tierra hacia tierras sumergidas y otros planetas y dimensiones. “La ciudad sin nombre” de 1921, es la primera historia relacionada, a la que se sumó “El ceremonial” en 1923. La obra definitiva sería “La llamada de Cthulhu” de 1926, desde la cual los mitos adquieren su forma definitiva, llegando a culminar en una profecía: el despertar de Cthulhu, que traería con él el fin de la humanidad.

El misticismo del que hacía gala Lovecraft en su obra, del que se llegó a decir que fue el creador del género ‘Horror cósmico’, era semejante al que aportaba Cliff en sus composiciones, con un talento innato para tocar el bajo.

Las giras con grupos conocidos eran ya algo habitual para Cliff y para Metallica. Raven, Anthrax, Twisted Sister… muchos eran los grupos con los que había compartido escenario hasta que en 1985 les llegó la oportunidad de tocar en el festival Monsters of Rock, entre Ratt y Bon Jovi, ante nada más y nada menos que 70.000 espectadores (curiosas las palabras de James aquel día: “Si habéis venido aquí a ver guiños de ojos y las palabras “Oh baby” en todas las putas canciones, no somos vuestro grupo”); poco después, repiten ante más audiencia en el festival Day on the Green de Oakland, con una asistencia de 90.000 personas. Metallica se estaba convirtiendo en algo cada día más grande. Un detalle: para año nuevo del año 1986, Metallica tocaría por primera (y última) vez junto a Megadeth (Metal Church y Exodus) en el Civic Centre de San Francisco.

En ese 1986, Metallica edita “Master of Puppets”, donde demuestran que la madurez es una señal en sus composiciones. Antes de ello, Cliff y Hetfield saca tiempo para montar una banda, Spastik Children, donde James se encargaba de la batería. Algunos de sus temas se titulaban “Cunt”, “Thermos” o “What’s the smell”.

Volviendo a Master, temas como “Battery” o el que da título al trabajo son clara muestra de ello. A pesar de ello, fue tema de polémica para la Parents Music Resource Center, que la tomó como un tema a favor de las drogas.

Pero de nuevo la magia de Cliff estaba presente en un tema instrumental, “Orion”, titulado de esa manera porque, según Metallica, a medio tema, el sonido parece un cielo estrellado. La referencia a Lovecraft, se haya esta vez en el tema “The thing that should not be”.

La popularidad del grupo subió más aún con la gira junto a Ozzy Osbourne.

Esa progresión se vería truncada en parte con un accidente de James montando en monopatín en Julio de ese año, rompiendo su muñeca derecha, y ocupando su puesto a la guitarra John Marshall (roadie de Kirk, y miembro de Metal Church), dejando a Hetfield solo las labores de cantante.… Pero algo terrible estaba a punto de suceder…

Embarcados en plena gira europea, tras dar conciertos en el Olympen de Lund (24 de Septiembre), Skedsmohallen (25 de Septiembre) y Sonahallen Estocolmo (26 de Septiembre, las carreteras suecas se llevarían la vida de uno de los músicos con mayor talento de los últimos años.

Era la madrugada del 26, ya amaneciendo el día 27, en medio de la autopista deLjungby. El autobús de la gira dio un giro brusco, saliendo de la carretera; Cliff, dormido en una de las literas, salió despedido por una ventana, volcando el vehículo sobre él acto seguido. Solo tenía 24 años.

El desconcierto se adueñó de todos: Lars Ulrich tenía rotos huesos de sus pies, Bobby Schenilder, manager de la gira, se había dislocado un hombro, algunos pasajeros del bus iban saliendo aturdidos… pero Cliff había muerto.

El conductor afirmó que el accidente se debió a una placa de hielo. Hetfield, en un acto de impotencia, buscó esa causa, sin encontrarla nunca… Fue entonces cuando se especuló con el posible estado ebrio de dicho conductor. James recuerda un momento en el que el cauante de todo intentó quitar la manta que cubría el cuerpo de Cliff para arropar otras personas en la fría madrugada escandinava: “No sé si estaba borracho o había hielo. Solo sé que él conducía y Cliff no volverá a la vida nunca”. Hetfield habituaba a dormir al lado de Cliff todas las noches, pero esa noche estaba mareado y no lo hizo.

Pronto las noticias llegaría al matrimonio Zazula. Jon y Marsha recordaban a Cliff como la persona que, en medio de tanta fiesta y alcohol del resto de miembros de Metallica, sacaba tiempo para pasar el tiempo con la pequeña hija Zazula y leerla diferentes historias. Cliff ante todo era una persona bondadosa, fuerte y divertida; y eso estaba muy por encima de su talento musical. Siempre tenía tiempo para hablar con los fans tras los conciertos; era el miembro más accesible y agradable de Metallica. Tambie´n era el que menos encajaba con su estética hippie y desenfadada.

Metallica volvió a EEUU dos días después, y se pusieron manos a la obra para la búsqueda de un nuevo bajista, pero esa es otra historia ya conocida por todos.

El 7 de Octubre de 1986, “Orion” sonaría en memoria de Cliff en su funeral. Dave Mustaine, le rendiría homenaje en el tema “In my darkest hour” de su disco “So good… so far… so what!”

Lo que pareció una pesadilla (y a día de hoy aún lo parece), fue una de las historias más tristes, desgraciadas y, por que no decirlo, absurdas, de la historia moderna del rock.

Años más tarde, se editarían grabaciones caseras de la banda en sus primeros conciertos, incluso con Dave Mustaine, que sirvieron de homenaje a Burton en el video con título “Cliff’em all”.

Hoy en día, 18 años después de su muerte, han sido muchas las voces que han lanzado la pregunta: “Que habría sido de Metallica de no ser por la muerte de Cliff”.

Nunca sabremos la respuesta. De hecho, quizá sea mejor no saberlo, pero como dijo Hetfield: “Lo único que sé es que mi amigo no volvería a estar vivo”.

Cliff Burton, descanse en paz.

Artículo Original de: https://goo.gl/ro3akG

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