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¿Serán las ruinas de Pompeya el mejor lugar para hacer un buen concierto?

Muchos recordaran que entre 1971 y 1972, Pink Floyd fue capaz de filmar “Live at Pompeii”. Una obra de arte para los que amamos Pink Floyd. Sin embargo este no es el lugar más “curioso” en el que se haya hecho un concierto, puesto que en el 2006, la cantante británica Katie Melua, rompió el record guiness al tocar 300 metros por debajo del nivel del mar en un gaseoducto en Noruega. Sin embargo no es este tipo de recitales lo que llaman más mi atención.

Entre los años 70 y 80 los conciertos se caracterizaban por llenar estadios de fútbol con 20.000, 30.000 o 40.000 espectadores y era algo que hacía alucinar los seguidores de las bandas, pero según mi criterio no es esto lo que caracteriza a un buen concierto.

Y entonces… ¿Qué caracteriza un buen concierto para ti? Les hice esta pregunta en el grupo de Facebook y varios comentaron situaciones inéditas como el amigo Gerónimo Egea que nos comentaba sobre una situación que vivió en el Ozzfest del año 2006 en la ciudad de Toronto, dónde por razones desconocidas solo se presentó la mitad del cartel que habían anunciado. ¿Una locura no?

Pero ojo que no todos los conciertos terminan así, te podría pasar lo que vivió Francisco Jugo. Podrían llevarte con todo y backline a un afterparty en una casa y destruirla por completo en una noche de mucho rock.

Hay otros a los que sencillamente la tierra se les hace muy pequeña y pueden realizar un concierto en un Boeing 757 como lo hizo Jamiroquai en el 2007, podría ser totalmente de incógnito como U2 en el metro de Nueva York o hasta en una azotea como la última vez que John Lennon y Paul McCartney tocaron juntos en vivo. Hay infinidades de situaciones que podrían ocurrir en un concierto, que me han hecho pensar que en el mundo de la música. No lo hemos visto todo aún…

Y hago constar acá que realmente pensé que había visto muchas cosas hasta que Metallica tocó en la base argentina de Carlini en la Antártida. ¡Sí! En la Antártida.

Un concierto que trajo consigo más de un año de trabajo, obligados a seguir un riguroso protocolo sobre impacto ambiental, instalaron más de 25 toneladas de equipos, incluyendo placas solares para evitar cualquier tipo de impacto sobre el medio ambiente. El público fue bastante inusual, estuvo compuesto de pocos admiradores, científicos, periodistas y organizadores. Todo fue escuchado rigurosamente a través de auriculares. ¡Una completa locura!

Según palabras de Hetfield… “Este concierto estará en los libros de historia algún día”.

(Y vaya que lo estará).

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