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El flanger es un efecto que produce un característico sonido metalizado oscilante, sobre todo en frecuencias medias y altas. El efecto flanger se obtiene duplicando la onda sonora original; una de las ondas se mantiene limpia de procesado, mientras que a la segunda se le aplica un delay (retraso) menor de 5 milisegundos, con lo que se crea un efecto de comb filter (filtro de peine), que actúa respetando los armónicos.

El efecto flanger tiene sus orígenes en las grabaciones magnetofónicas en cinta de bobina abierta. Consiste en mezclar la señal original con una copia retardada en el tiempo, con la particularidad de que el retardo es muy breve pero varía de forma periódica.

Parámetros

El ajuste del retardo del primer bloque (el ‘fijo’), permite obtener un cierto color del efecto. Este parámetro a menudo se llama ‘manual’ o ‘colour’. En el fondo estamos por medio de él ‘sintonizando’ el peine a una cierta apertura entre púas (a una cierta serie armónica, a una cierta afinación). La parte del retardo variable dará lugar a que el peine se abra y se cierre (con mayor o menor alcance de movimiento y velocidad) en torno a ese color básico.

La modulación suele ser muy lenta (a menudo muy por debajo del Hertz) para conseguir un barrido del peine que se dilate por espacio de varios segundos.

En el caso del flanger (no tanto en el del Chorus) es importante plantearse no sólo la cantidad de señal tratada respecto a la original, sino su signo. Esto es así porque el patrón de frecuencias que se realzan/rebajan en el peine cuando ‘sumamos’ original y procesada es el contrario/complementario del que se obtiene si las restamos.
Por ello verán en los flanger que el control para la mezcla de señal original y procesada admite recorrido -100% hasta 100% de señal ‘húmeda’ (tratada).

[La pregunta que algunos nos hacemos es. ¿Por qué no es relevante en el Chorus?, y la respuesta, de tipo perceptual: dado que en el Chorus percibimos dos voces diferentes, que no llegan a fundirse, no hay alteración de la sensación tímbrica, no hay resultado de filtrado peine, sino aparición de la sensación de la segunda voz. En cierta medida, con los retardos largos del Chorus, las púas están tan próximas que su efecto neto en cuanto a realce / recorte de cualquier componente espectral se compensa – Pensabas que las componentes espectrales nunca son rayas puras y estilizadas sino con un cierto ‘grosor’-]

Como ya sabemos, la realimentación permite exagerar las resonancias del peine, hasta el punto de llevarlas al borde de la oscilación, produciendo un sonido desnaturalizado, marcadamente metálico, que llega incluso a imponer su propia afinación a la de la fuente.

El procesamiento de ruidos a través de un flanger permite obtener sonidos en los que podemos gobernar el grado de sensación ‘tonal’. Por ejemplo, si pasamos un ruido blanco por un filtro de peine, acabamos obteniendo una señal que, sin llegar a ser perfectamente cíclica, sí retiene una sensación tonal y de cierta ‘afinación’. Cuando en vez de un peine (un retardo fijo) usamos un flanger, estamos en un territorio parecido y puede encontrar usos.
Si en vez de ruido blanco utilizamos otros sonidos, como platos o percusiones, colorearlos con un flanger puede ser una forma de darles variedad. Pasar un charles de caja de ritmos (aburridamente idéntico a sí mismo en cada una de sus veloces repeticiones) a través de un flanger suave puede animar su sonido y darle la variedad de la que carece en origen). O por ejemplo usando los auto-flanger (que comentaremos enseguida) podemos conseguir un mayor dinamismo y movimiento sobre el sonido originalmente producido por cualquier percusión.

Variantes

Mientras que un chorus ‘a tempo’ (aunque posible y presente en algunas unidades) no es habitual, sí lo es un flanger a tempo. Se trata de una variación tímbrica (no de un efecto de ‘conjunto’) y por ello mismo vincular la variación de timbre al propio tempo musical puede ser deseado.

Mientras que los chorus suelen aplicar variación senoidal (o triangular como sustituto de un verdadero seno), en el flanger sí tienen utilidad y aplicación frecuente otras formas de onda para el LFO (incluida la cuadrada, que nos permitiría ‘conmutar’ regularmente entre dos peines de diferente apertura).
Así mismo un efecto habitual (que hasta cuenta con nombre propio: ‘step-flanger’ o ‘S/H flanger’, etc.) es el de un flanger que de forma sincronizada al tempo musical (a negras, fracciones, o cualquier otra figura) conmuta de forma aleatoria a un nuevo valor de retardo. Esto genera el resultado de imponer una coloración peine diferente con cada figura/fracción.

Algunos flanger dependen en su actuación de la dinámica de la señal, serían los denominados ‘auto-flanger’. En ellos la variación del retardo no está vinculada a un LFO cíclico, sino que es la envolvente (el nivel, el ‘volumen’) de la propia señal tratada quien determina el valor del retardo (la apertura del peine) en cada momento. Así una señal podrá ver peines abiertos cuando tenga nivel bajo y peines cerrados cuando tenga niveles altos (o a la inversa).

El uso de un LFO puro, que repite incesantemente su ciclo sin estar vinculado a la propia señal musical, puede no ser siempre lo deseado. Una alternativa sería un flanger con ‘trigger’ (con ‘disparo’) desde la propia señal. Un ‘auto-trig flanger’. Es este caso, el flanger está analizando la envolvente de la señal y cuando el nivel de la misma supera un cierto umbral, reinicia el LFO. ¿Para qué? Pensemos por ejemplo en un LFO con forma de diente de sierra (es decir, una rampa). Como suele ser ajustado a una velocidad lenta, la rampa dura varios segundos. Si el sonido que estamos tratando es una guitarra, un bajo, un piano (en general cualquier instrumento en el que la envolvente de cada nota es globalmente decreciente y que tampoco dura más allá de unos segundos), podremos conseguir con un flanger con auto disparo el que cada vez que se ataca una nota el flanger arranque también una rampa del LFO y por tanto todas las notas reciban la misma coloración y evolución. Estaríamos obteniendo un filtrado por barrido de peine que se reinicia en cada nota.
Por supuesto este tipo de actuaciones funcionan también muy adecuadamente con sonidos de percusión.

Los controles habituales en los módulos de procesado flanger son los siguientes:

  • Retraso: es el umbral máximo de desfase de la onda duplicada respecto a la original, se suele expresar en milisegundos.
  • Frecuencia: es la frecuencia de oscilación del desfase de la onda duplicada.
  • Profundidad: es la cantidad de onda original que se mezcla con la duplicada.

 

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