Tener un amplificador a tubos tiene que ser la segunda fantasía más grande de todo guitarrista que lleva ya un tiempo viendo gear, tocando, y aprendiendo un poco de equipos. Digo “segunda” porque la primera tiende a ser siempre una guitarra muy costosa, probablemente americana, -para algunos con relic, pero por favor, evitemos la controversia epopéyica que conlleva decir este término- y que muchos ven como “el santo grial del tono”.

Estas fantasías están bien pero como todas las fantasías, siempre es bueno que podamos aterrizarlas un poco para evitar llevarnos chascos y malos ratos cuando las conseguimos y no cumplen nuestras expectativas, o presentan complicaciones que no habíamos tomado en cuenta. Imagínate algo así como cuando alguien piensa en comprarse un auto deportivo espectacular, exquisito, divino, y al final se lo compra, pero resulta que no puede seguir con el auto porque tiene una familia y no caben en el carro y es imposible entonces que el vehículo realmente sea útil en su situación.

A eso vamos, a expectativas vs realidad. 

A fantasía vs entorno y factibilidad.

No se trata de ser el que destruya las fantasías de todos los músicos que añoran tener un JCM800 con el correspondiente 4×12, ni que las opiniones reflejadas en este artículo pasen a ser como “el anticristo de los tubos” ni ser de esos progresistas extremos que dicen que esa tecnología está obsoleta y no debería seguir vigente. No. Pero a veces, necesitamos alguien que nos diga “detente un momento y piénsalo bien”, especialmente cuando se trata de un equipo que es costoso, y estamos hablando de tu dinero bien trabajado y reunido. 

Tener un amplificador a tubos es grandioso. El tono es espectacular y nadie puede negar que realmente tienen una magia que solo te dará la variabilidad que presenta cada uno de esos bombillos calientes. Para muchos, el primer amplificador a tubos es algo así como un logro, como desbloquear un logro en un videojuego ¡y con toda la razón! ; sin embargo muchos también nos conseguimos entonces con los problemas inherentes de tener un equipo de esta clase, y ahí es cuando la cosa se torna un poco real.

Si estás pensando en comprar un amplificador a tubo, tienes que tomar en cuenta un par de cosas, y partiremos con la primera:

1. SON EQUIPOS RUIDOSOS

Con esto me refiero a que debes tomar en consideración si realmente puedes tener uno, de acuerdo al entorno en el que te encuentras. Si eres un músico que practica en su habitación, y de vez en cuando consigue tocar con unos amigos en algún apartamento, con ansias de poder entonces lograr un toque en vivo, uno de estos equipos quizás no se acomode a ti tanto como lo imaginas. Un amplificador a tubos es difícil de domar, y tienden a hacer una cantidad considerable de ruido, con un “mínimo” de nivel bastante mayor que un amplificador de práctica a transistores. Lo que entonces voy a derivar inmediatamente en el segundo punto que es:

2. PARA LOGRAR UN SONIDO ÓPTIMO, TIENES QUE SUBIRLE EL VOLUMEN

Los amplificadores a tubos son aparatos relativamente complejos, pero si lo llevamos a lo más mínimo de su estructura, contamos con una etapa de PREAMPLIFICACIÓN, una de AMPLIFICACIÓN DE PODER, y un parlante. Para que un amplificador a tubos emita entonces el tono que deseas, al menos en lo que a cualidades de drive se refiere, necesitas que los tubos trabajen a una potencia ideal que requiere un nivel de energía mínimo, que a su vez traduce en un nivel de sonido relativamente alto.

En otras palabras: Para que un aplicado a tubos suene como tiene que sonar, tienes que subirle el volumen. 

Aquí entonces debes preguntarte si realmente puedes subirle el volumen a tu amplificador como se debe, porque de ser así, y lo haces en tu habitación, podrías molestar a más de un familiar, vecino, y hacer que personas en las cercanías que no saben tu nombre empiecen a desearte cosas horribles.

¿Te cuento algo? Yo tuve un ampli a tubos. Bello. Compré uno pequeño para no excederme, pensando que sería manejable. FENDER PRO JUNIOR, era la criatura. Una ricura de amplificador que no puedo dejar de recomendar más, porque Fender tendría que pagarme por ello.

En ese momento vivía en una casa, grande, y aún así, tuve que salir del amplificador poco después porque no era lo que yo pensaba. ¿Estaba dañado? Nada que ver. ¿Daba mal tono? Daba un tono increíble. ¿No me gustó? Me encantaba y sonaba lo mejor que había sonado desde que había empezado a tocar guitarra. 

¿Qué pasó entonces? Era imposible de manejar. Si yo hubiera tenido una sala de ensayo, o toques al menos una vez al mes, o un espacio en casa que me permitiera entonces aislarme mi escándalo, ahí sí hubiera podido quedarme con él, pero al vivir en una situación (que es probablemente la más común) en donde tenía que compartir vivienda con otras personas, tener un equipo que hiciera difícil escuchar mi voz al pensar, cuando estaba en “2” en la perilla de volumen, no era realmente lo más apropiado. Para poder usar este amplificador en casa, tenía que colocarlo en algo como “0.7”, y júralo que ahí, a ese nivel, el tono que estaba obteniendo de ese equipo, no era lo mejor que podía obtener. Entonces, vamos a cerrar este artículo con el tercer y último punto:

3. ¿VALE LA PENA LA INVERSIÓN?

Depende de tu entorno y características como músico. Si eres una persona que tiene una banda, que toca ocasionalmente -poco- y que la mayoría de sus actividades musicales se desarrollan en una habitación, en un apartamento, o en un espacio en donde el ruido realmente afecte a la convivencia, yo podría decirte con total seguridad que mejor no lo hagas. Igual probablemente lo termines haciendo, porque uno es así, pero no digas que no te avisé.

Si eres un músico que toca con regularidad en locales en vivo, tienes el dinero, y no quieres estar tocando con equipos de otras personas o gastando dinero en backline, con toda la seguridad del mundo puedo recomendarte que compres un amplificador a tubos pequeño, a menos que tengas una camioneta enorme donde puedas llevar tu half stack a donde quieras, pero si esa fuera la situación, probablemente no estarías leyendo este artículo ¿no?

Piensa que estos amplificadores son costosos, a nivel comparativo al menos. Y que si realmente vas a gastar un buen dinero en un amplificador para tenerlo ahí guardando polvo mientras esperas la situación perfecta para usarlo como se debe, quizás realmente tengas que dejar la fantasía como lo que es, una fantasía, y esperar a que te puedas permitir justificar el gasto porque vas a usar el equipo como se debe.

Por favor, ten en cuenta también que aquí estoy generalizando muchas cosas y omitiendo otras para no hacer interminable la discusión. Sí, existen cosas como atenuadores, o amplificadores híbridos (pre de tubo y post de transistores) que podrían ser opciones excelentes para tener lo mejor de ambos mundos y ayudar a que uses esos equipos para conseguir lo que quieres, sin arriesgar que te boten de tu casa. Pero por los momentos, pensemos en lo más básico, para que esto se mantenga entendible y luego podemos derivar a otros temas de interés. 

Si te gustó este artículo, comenta en la publicación, sé parte activa de tu comunidad, y hazme saber por aquí o por nuestro fan page qué más te gustaría leer, tus experiencias con estos equipos, tus dudas y demás. Hablemos de Gear. 

<center><script async src="//pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js"></script><!-- [et_pb_line_break_holder] --><!-- Banner Largo --><!-- [et_pb_line_break_holder] --><ins class="adsbygoogle"<!-- [et_pb_line_break_holder] --> style="display:inline-block;width:728px;height:90px"<!-- [et_pb_line_break_holder] --> data-ad-client="ca-pub-4145817439810008"<!-- [et_pb_line_break_holder] --> data-ad-slot="2289293374"></ins><!-- [et_pb_line_break_holder] --><script><!-- [et_pb_line_break_holder] -->(adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});<!-- [et_pb_line_break_holder] --></script></center>