No había terminado de escribir este titular y ya había volteado la mirada la mitad de la comunidad que no es muy fanática de las Stratocasters, Slash, y muchos otros que tienden a favorecer esta guitarra por encima de otras opciones.

Realmente, si lo piensas bien, el mundo se divide en 3 tipos de personas: Las que aman una buena Strat, las que no pueden vivir sin su Les Paul, y el resto (que es cero despectivo, pero realmente, entre las personas que prefieren Ibanez japonesas, los que usan cosas diferentes como Teisco, y aquellos que realmente no les importa qué guitarra sea, es un viaje de personas que no podemos dilucidar en categorías por el bien de la expresión)

Si ya nos ocupamos de echarle flores a lo que para muchos es la guitarra más cómoda y versátil de todas, vamos a entender un poco por qué la Les Paul es uno de esos diseños que ha perdurado con los años, y a pesar de tener sus particularidades, muchas personas realmente dejan eso de lado, solo para obtener esos tonos que da la combinación de caoba con un tope de maple. 

Cuando hablamos de la Gibson Les Paul tenemos que realmente remontarnos a una época en donde las guitarras eléctricas no abundaban, a diferencia de hoy día, en donde el internet era algo completamente desconocido, y cuando el futuro pintaba carros voladores -que seguimos esperando-. La creación de una guitarra que cambiaría el mundo estaba por ocurrir, y no fue sino hasta un par de versiones después, que se terminó de perfeccionar. Detalles más detalles menos, tampoco es que se hizo mal al principio, pero una vez que Seth Lover hizo su magia con el Humbucker, y la humanidad puso sus manos en el tune o matic, las cosas no volvieron a ser igual. 

¿Qué es lo que tienen las Gibson Les Paul que no tienen otras guitarras y por qué las amamos tanto? Vamos a ver

Humbuckers: Una vez más, algo que ahora está presente en todos lados, no resultaba serlo en la época. Si bien la guitarra eléctrica empezaba a asomar sus ojos como algo que perduraría a lo largo de los años, así no lo supiéramos al momento, como todas las cosas que llegan en versión alpha o beta, tenía sus detalles, para bien o para mal. Una de esas cosas era el tan conocido -y aún vigente- ruido de 60hz, tan característico de los micrófonos single coils. Sin duda alguna los dolores de cabeza que pasan algunos gracias a este detalle, se remonta a tiempos antes de haber nacido, por lo que tranquilo, no eres el único.

Si bien la invención del humbucker no ocurre exactamente al mismo tiempo que se inventa la Les Paul, podemos estar todos de acuerdo en que la popularidad de ese micrófono recae en una guitarra, en caso de que estuviésemos buscando culpables. Además, parte del sonido “sagrado” que emiten las Les Paul de la época, se debe en parte a estas piezas de ingeniería. Sin duda alguna, el humbucker es una parte esencial de una Les Paul, y así las prefieras con P90, tienes que admitir que el mundo no sería lo mismo si una guitarra tan codiciada y popular no hubiera contado en su haber, micrófonos que no solo resolvían un problema, sino que otorgaban un sonido que años después, sería motivo de deseo por todos los que aprecian estos aparatos de madera, metal y cables. 

Escala reducida: En su momento, Gibson tenía como centro de sus comunicaciones “Only a Gibson Plays Better” (estoy parafraseando, así que siéntete en total libertad de corregirme o pegar un pantallazo de una imagen que sí tenga el copy como es) haciendo referencia a su contraparte, su némesis de toda la vida, Fender. En el momento en que Gibson decide hacer esta afirmación, lo hacen basados en hechos, en características que, al compararlas con las Telecaster o Stratocasters, hacían sentido en su momento.

Una de las cosas que Gibson vendía como punto a favor, era su escala reducida en comparación con las guitarras más populares de Fender. 24.75 pulgadas era el número mágico que, cuando lo comparas con 25.5 pulgadas -que era lo que portan las Fender desde, básicamente siempre- no parece hacer tanta diferencia, pero, realmente sí la hace. Una escala reducida permite una soltura natural en la tensión de las cuerdas, lo que traduce en que las cuerdas de calibre 0.9 que tiene tu Telecaster, en una Les Paul, se van a sentir más suaves, por lo tanto, te generará la impresión de que es una guitarra que se deja tocar más fácilmente. Gibson sabía eso y te lo vendía en todas las revistas en que pudieran ocupar una página. Ya lo sabes. 

Si bien prefieras una escala larga o más corta -porque a fin de cuentas, se trata de preferencias, supongo- no podemos realmente dejar a un lado lo bien que se siente tocar una guitarra que no oponga tanta resistencia, y en el caso de las Les Paul, tiende a suceder. Además, la facilidad de recuperar tensión poniéndole unas cuerdas de calibre más gruesa, nos trae el beneficio inesperado de engordar un poco el tono, algo que realmente es característico de estas guitarras, por lo que…

Tono: Cada guitarra suena diferente, eso lo sabemos. Lo sabemos tan bien, que sabemos que guitarras que son virtualmente iguales, pueden sonar diferentes. Sí. En lo que sí podemos estar de acuerdo es en que las Les Paul tienen un “yo no se qué” que sencillamente es difícil de comparar. Es un tono bastante redondo, no demasiado gordo, no flaquea en ningún momento, y tiene un contraste bien interesante entre poner a sonar la pastilla del puente, o la del mástil. En una tienes bite, tienes cuerpo, pero tienes el suficiente ruido que genera el ataque de la uña, como para que sea rock and roll -si tienes dudas, Slash puede ayudarte con eso-. Al mismo tiempo, cambias a la posición superior, y conseguirás una paleta de tonos bastante amplia, lo suficiente como para que se te olvide que es un solo micrófono lo que estás usando para todo eso. Desde leads redondos y con ciertos aires a “glassy” al tocarlos bien, hasta tonos violinescos si juegas con el pot de tono.

Parte del secreto está en la construcción de la guitarra. Caoba con tope de maple. Es como lo mejor de dos mundos. No tengo que explicar mucho más.

Otra parte del secreto está en los micrófonos, como bien ya mencioné antes. De resto, es una combinación de factores que van desde la escala, hasta el peso de la guitarra que… ¡Oh! Espera un momento…

El peso: Yo sé, yo sé, yo sé. Muchos de ustedes dirán “estás demente”, pero, escúchame. Como bien sabemos, todo es cuestión de preferencias. Sí, pero aquellos que tienden a favorecer las Les Pauls por sobre otra cosa tienden a estar en un consenso implícito en donde aquellas Les Paul que tienen un peso por encima de lo considerado sano para la espalda, tienen un mojo en el tono. Cada quien con lo que le guste, por lo que yo, para darle la vuelta a esta característica, diré que “el peso” se trata del “tono gordo”, antes de que algún loco por ahí decida insultarme mientras marcha a mi casa con tridentes y antorchas. 

Detalles estéticos: Binding en el cuerpo y en la trastera, inlays en trapezoide (o bloques si tienes una custom), logo de la marca en inlay también sobre una lámina de ebony para darle “el toque” de elegancia. Tope de maple, plain o flameado. Micrófonos cubiertos con tapas de cromo. Sin duda alguna la Les Paul se las trae con el “bling bling” desde su concepción. Muchos prefieren tener todos estos detalles, en vez de un cuerpo sin nada y una trastera con puntos. Puntos para ti, Gibson, por tu buen diseño estético en estos detalles. 

Facilidad de setup y mantención: Es simple, no tienes que calibrar puentes flotantes, tremolos, ni nada raro. Pocas cosas en la vida son tan simples como entonar una Les Paul, y con los conocimientos básicos, puedes hasta calibrarla bien rápido. Ok, entiendo que no es tan agradable hacer la electrónica de estas guitarras como, digamos, una strat, pero de verdad, calibrar y entonar una Paula, se lleva el premio en “¿De verdad hice esto ya? ¿Tan rápido?” 

Entre gustos y colores, cada guitarra para cada necesidad, pero hay que darle crédito al que merece crédito, y sin duda alguna las Les Paul tienen su mérito. No por algo llevan +60 años sin ser cambiadas radicalmente -al menos en lo que a líneas tradicionales se refiere-. Una guitarra bien rock, de diseño bien tradicional, que sin duda alguna seguirá siendo legendaria en años por venir.

Si tienes una, este es el momento para echarle todas las flores que quieras.

Si no, deberías probarlas. Tienen su encanto. 

<center><script async src="//pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js"></script><!-- [et_pb_line_break_holder] --><!-- Banner Largo --><!-- [et_pb_line_break_holder] --><ins class="adsbygoogle"<!-- [et_pb_line_break_holder] --> style="display:inline-block;width:728px;height:90px"<!-- [et_pb_line_break_holder] --> data-ad-client="ca-pub-4145817439810008"<!-- [et_pb_line_break_holder] --> data-ad-slot="2289293374"></ins><!-- [et_pb_line_break_holder] --><script><!-- [et_pb_line_break_holder] -->(adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});<!-- [et_pb_line_break_holder] --></script></center>